Hola, mi nombre es
Sofi, tengo 37 años

Y quiero contarles mi experiencia

Yo tenía todo lo que se puede pedir en la vida para ser feliz, tenía una familia a la que amaba, quince años casada con un maravilloso esposo muy comprensivo y cariñoso, mis hijas; unas gemelitas de 5 años que siempre andaban corriendo por toda la casa, todo el tiempo querían jugar conmigo.

 

Mi mamá vivía en otro estado y no podía visitarla muy seguido, pero siempre tratábamos de estar en contacto, aunque sea hablándonos por teléfono frecuentemente, siempre estábamos al pendiente una de la otra.

 

Había logrado un trabajo estable en una inmobiliaria y aunque a veces me tocaba trabajar hasta en fines de semana, ser agente inmobiliario me gustaba mucho, me gustaba el trato con la gente y en ese trabajo tenía un horario flexible que me servía mucho para cuidar de mis niñas. Ya manejaba una muy buena cartera de clientes a la que le había invertido mucho tiempo, esfuerzo y dedicación.

Pero, aunque yo me daba cuenta de que tenía todo el éxito, a mí la felicidad se me escapaba como el agua se escapa entre los dedos… ya no me sentía capaz de disfrutar nada de lo que había logrado.

No podía dejar de sentirme deprimida y pensar
¿Qué está mal en mí?, ¿Por qué no puedo disfrutar de todo lo que tengo?

“Una bomba de tiempo… tic-tac-tic-tac”

blank

Si me lo preguntas, no podría decir el momento exacto en que empecé a sentirme tan mal, creo que fue poco a poco.

Siempre he padecido insomnio

Siempre he padecido insomnio

pero estos últimos años se fue haciendo cada vez más intenso y creo que eso fue lo que me hizo estar cada vez peor, llegue a un punto de ansiedad y estrés permanente.

 

El estrés sumado al insomnio, las presiones del trabajo, las responsabilidades del hogar y todas las actividades del día a día se volvieron demasiado para mí. Sentía que siempre estaba corriendo de un lado a otro, sin tiempo para mí misma. Todo el tiempo estaba preocupada por el futuro, pensando cosas malas que pudieran pasar.

 

El enorme cansancio que me provocaba el INSOMNIO iba conmigo a todos lados y comenzó a afectar mi rendimiento en el trabajo y mi capacidad para cuidar de mis hijas de la manera que ellas merecen.

 

Poco a poco, mi vida empezó a desmoronarse. No tenía ánimo ni energía para compartir con mi esposo tiempo juntos, dejamos de salir y apenas hablábamos, yo siempre estaba cansada, irritable o apática… Nuestra relación se volvió muy tensa y distante.

 

Deje de llamar a mi mamá, y cuando ella llamaba yo no le contestaba o trataba de hacer la llamada lo más corta posible, una plática así nada más por encimita, no quería contarle mis problemas, ¿para qué?, nada más iba a preocuparla y ella no podía hacer nada para ayudarme.

 

Casi siempre le contestaba a mi familia sin ganas, con indiferencia en el mejor de los casos, aunque varias veces reconozco que cuando menos me daba cuenta ya estaba contestando con gritos entre molestia y enojo cuando alguno de ellos necesitaba de mi tiempo, de mi ayuda, o simplemente querían estar conmigo. Yo no era capaz de darle a mi familia tiempo de calidad, ¡eso los estaba alejando de mí!…

 

y a mí… a mí eso me estaba llenando de culpa y remordimientos.

blank
blank

Me culpaba a mí misma, porque sentía que no podía ser ni una buena madre ni una buena esposa.

En mi trabajo empecé a tener problemas serios, porque me costaba mucho concentrarme. Se me olvidaron dos citas con mis mejores clientes, tuve errores en documentos importantes y mis clientes muy molestos se quejaron con mi jefe, estaba a punto de que me despidieran.

 

Podía pasar por alto muchas cosas, pero hubo un día en que estando en mi coche en el estacionamiento después de hacer las compras en el super, me quede dormida. Estaba tan cansada porque llevaba varias noches enteras en las que no había podido dormir nada y se me olvidó ir por mis hijas a la escuela y estuvieron esperándome por horas.

 

Ver sus caritas tan tristes y pensar en el riesgo al que pudieron estar expuestas por mi culpa me hizo darme cuenta de que necesitaba ayuda, mientras más perdida me sentía, algo dentro de mí cambió.

Me di cuenta de que no podía seguir viviendo así, dejando que el insomnio y el estrés se llevaran todo lo bueno de mi vida.

 

Era como una bomba de tiempo a punto de explotar y destruir todo lo bueno que había logrado en mi vida.

¡¡No podía… no quería permitirlo!!

“No todos los caminos llevan a Roma”…

Yo sabía que la raíz de mis problemas eran por el insomnio y el enorme estrés que me provocaba el no poder dormir y sabía que esa era la clave para romper el círculo vicioso que estaba alejándome de mi familia y de todas las cosas y los momentos que antes yo disfrutaba y que deberían de llenar de felicidad mi vida.

Yo pensaba: – “Solo tengo que lograr dormir!”-

Entonces probé primero con remedios caseros que me recomendaban mis conocidos o cosas que veía en internet; que si el tecito de cuanta hierba me decían, que si las infusiones, que si los aceites y pues… nada, esas cosas me hacían sentir relajada por unos minutos, pero no lograban hacer que el estrés bajara por un tiempo más largo y no me ayudaron en nada a dormir mejor.

 

Intenté con yoga y meditación, pero…la verdad, con la poca energía que tenía mi cuerpo me tardaría años para poder dominar cualquiera de esas técnicas.

 

Probé medicamentos para dormir (obviamente recetados por un doctor), pero esto no fue una buena solución porque caía noqueada por la noche, pero de día cuando debería estar despierta, con energía y atenta siempre estaba adormilada como ida por las pastillas para dormir, yo seguía igual, sin energía durante el día y además no quería hacerme dependiente de somníferos para poder eliminar el insomnio.

blank
blank
blank
blank

Tristemente toda esta búsqueda de falsas soluciones solo aumentó un poco más mi estrés.

“Una luz en mi obscuridad”…

Un día mi mamá llegó a visitarme de sorpresa...

estaba muy preocupada por mí, porque me había alejado mucho de ella obviamente sentía el gran muro de silencio que yo había puesto entre nosotras y ahí estaba ella, abrazándome con el amor de siempre, pero ahora también con mucha preocupación y con su frase:

 

“una madre siempre sabe cuándo algo está pasando”

Así que me animé a ser sincera con ella, rompí el silencio y le dije por fin lo que me estaba pasando desde hacía algunos años y como habían ido en aumento, le conté que la raíz de mis problemas era por; el insoportable insomnio y el estrés le platiqué como esto estaba destrozando mi vida.

 

Le conté también de todos los remedios caseros que ya había probado incluso, con un poco de miedo, de los medicamentos recetados y como no me habían servido de nada.

 

Ella me miró con una sonrisa y tomó mi mano suavemente al mismo tiempo que me revelaba su secreto:

blank

Mi querida Sofi, de haber sabido que esto era lo que te atormentaba te lo hubiera dicho desde hace mucho. Lo que está pasando contigo y con más del 70% de la población es que tenemos deficiencia de un mineral muy importante para nuestro cuerpo: EL MAGNESIO, y esto nos genera una serie de afectaciones como insomnio, ansiedad, estrés, cambios de humor, cansancio, calambres y estreñimiento, bueno eso entre otras muchas cosas. Yo lo sé porque a mí me paso lo mismo hace unos años. Ojalá lo hubiera sabido antes, mi vida hubiera sido más plena desde hace mucho, pero nunca es tarde y tu estas a tiempo

blank

Yo escuchaba muy atenta lo que me decía mi mamá. Cuando por fin iluminó por completo mi obscuridad con un rayo de esperanza. Sacó de su bolsa un frasco que decía algo como SUPLEMENTO DE MAGNESIO y me lo regaló, mientras seguía diciéndome:

blank

No cualquier suplemento de MAGNESIO  funciona, hay varios que  tienen un solo tipo de magnesio y lastiman el estómago, créeme lo sé porque probé muchos antes de encontrar este que yo tomo, es el mejor y el más completo. Pruébalo y te sentirás mucho mejor mi niña

blank
¡¡¡Empecé a tomarlo según las dosis recomendadas y en mi caso desde el segundo día noté cambios en mi cuerpo y en mi estado de ánimo!!!

¡¡Por fin pude dormir!!  ¡¡¡Parecía un milagro!!!

Pude dormir tan bien desde esa noche… que maravilloso despertar y sentir que tuve por fin un sueño reparador. Sentirme sin estrés constante y sin estar toda adormilada durante el día.

Y no solo eso, empecé a notar otros beneficios que no esperaba, mi digestión empezó a ser más eficiente desde ese momento.

Ya tengo dos meses de estar tomando mi MAGNESIO y los cambios son muy grandes: organizo mi tiempo sin problema y tengo energía para todo lo importante que existe en mi vida: cuido a mis hijas y ya puedo disfrutar jugar con ellas, reírme de sus travesuras y estoy bien para descubrir junto con ellas todo lo maravilloso que hay por vivir.

Tengo energía y tiempo para mí, he vuelto a hacer ejercicio y a ocuparme en mi autoestima, me siento hermosa de nuevo.

Mi esposo ha notado el cambio en mí, otra vez compartimos esos momentos maravillosos juntos, volvimos a ser cómplices como antes, los mejores amigos y …. los mejores amantes. Puedo decir que afortunadamente mi matrimonio logró sobrevivir a la tormenta para poder disfrutar de los días de sol que nos esperan.

Recuperé mi vida social, volví a salir con mis amigas y regresamos mi esposo y yo a las cenas de parejas con nuestros amigos.

En mi trabajo empecé a ser más eficiente desde que tomo mi MAGNESIO y aunque había perdido dos de mis clientes importantes en el pasado, pude recuperar a uno de ellos y conseguí otros clientes más así que no solo logré salvar mi empleo, ¡incluso obtuve un aumento!

blank
blank

No sé qué habría pasado o hasta donde pude haber caído si no hubiera sido lo suficientemente valiente para aceptar la ayuda y la recomendación que cambió mi vida: mi MAGNESIO.

Por fin puedo vivir una vida sin estrés, por fin recupere el control de mi vida y puedo sentirme tan afortunada por todo lo que tengo. La mujer que estaba perdiendo todo lo bueno en su vida ha encontrado el camino hacia la recuperación y la felicidad. No dejo mi suplemento de MAGNESIO por nada del mundo, amo saber que ya puedo disfrutar al máximo mi vida.

blank